martes, 30 de marzo de 2010

ORTOSUR Y OCHOTORENA

Hola a todos.
Esta es una entrada que les debía sobre la experiencia de haberle puesto el casco a Emiliano y la verdad es que como no fue muy buena creo que la había dejado pasar, pero hace unos días una mami me preguntaba en este blog si finalmente se lo habíamos puesto o no y me di cuenta de que la entrada correspondiente a la plagiocefalia había quedado inconclusa.
Así que respondiendo a Carla (una mami preocupada por sus peques), sí le pusimos el casco, pero en realidad no le sirvió para nada. Sé que hay muchos niños en los que el casco ha funcionado de maravilla (y pueden encontrar en internet varios testimonios de ello) pero en el caso de Emiliano no fue así.

Este es Emiliano a principios de octubre de 2009, unos días antes de ponerle el casco. Con el cabello mojado se observa mejor la parte plana de su cabecita.

Continúo: Fuimos a recoger el casco, le hicieron los últimos ajustes y nos lo trajimos a casa. Esperamos un día para ponérselo porque había partes que requerían secar. Cuando se lo empezamos a poner noté que se le movía mucho y me daba la impresión de que no le quedaba bien. A la semana siguiente fuimos otra vez a Ortosur y le dije al técnico (Manolo) que el casco se le movía mucho, le tapaba parcialmente un ojo, le aplastaba una oreja y que estaba asimétrico, la visita tenía el fin de corregir este tipo de inconvenientes así que le pegó un pedazo del material del que está hecho el interior del casco en la parte donde va la frente y con ello ajustó un poco más, le cortó la parte que le tapaba el ojo, la que le aplastaba la oreja y me dijo que el casco no tenía por qué ser simétrico, cosa que no termino de entender ya que la cabeza de Emiliano es simétrica.

Creo que en esta foto se pueden apreciar algunos de los inconvenientes que describo del casco.

Luego de estos ajustes, pedimos cita con la Dra. Ochotorena dos meses después para el seguimiento de la evolución de la forma del cráneo. En estos dos meses yo no quedé convencida de la forma del casco pero bueno ya el técnico nos había dicho que era normal que le quedara así y se suponía que él era el experto. Una semana antes de ir a esa cita el casco le había lastimado un ojo a Emiliano, durmiendo se le había movido y la orilla le había presionado y le quedó hinchado. Estando tan cerca la cita optamos por no ponérselo para evitarle otro mal despertar y esperar la opinión de la doctora.
A principios de diciembre, cuando fuimos a consultar con la Dra. Ochotorena estaba ahí otro personaje que no conocíamos de ortosur, que resultó ser Carlos Vallez, según entendí el mero mero de los técnicos de ortosur. La Dra. Ochotorena al hacer la revisión de mi niño lo hizo muy bruscamente reclamándole al técnico que el casco no estaba bien, sin delicadeza alguna metió un abatelenguas entre la cabeza de Emiliano y el casco y le decía “mira, aquí sobra mucho espacio” y cosas de ese estilo, y mencionó que por eso el casco no estaba dando resultado. En realidad fue una mala experiencia saber que Emiliano tenía ya dos meses sufriendo la incomodidad de usar el casco a diario para nada y que era como volver a empezar pero si con 11 meses la mejoría esperada era poca entonces con 13 meses qué podíamos esperar.
Esa tarde en ortosur el técnico (ahora sí, el bueno) al que habían carajeado le hizo las modificaciones al casco (debo decir que nunca quedé conforme con la forma del casco) y se lo pusimos un mes más. Teníamos cita para el día 15 de enero, a principios de ese mes regresando de las vacaciones decembrinas mi esposo y yo, ante la nula mejoría del cráneo y el hecho de que empezaban a aparecerle brotes de dermatitis en la frente a Emiliano, decidimos dejar de ponerle el casco y ya ni siquiera le vimos el caso a ir a la cita con Ochotorena.
El costo del casco fue de 800 E e incluía las citas posteriores tanto con Ochotorena como con Ortosur y también incluía los cascos necesarios para la total corrección craneal, esto la verdad suena bien considerando que hay cascos que llegan a costar hasta 4000 E y si otra hubiera sido nuestra experiencia ahora estaríamos recomendándolos ampliamente PERO esto no me es posible dado que no nos fue bien "en esta feria". A esto le sumamos aproximadamente unos 100 E de traslado y gastos por día en que teníamos que ir a Madrid. Aumentando el hecho de que teníamos que salir muy temprano de Salamanca y regresar ya de noche, cambiando los hábitos de sueño y comida de Emiliano, resultaba muy cansado, costoso e inútil.
Para finalizar, yo no repetiría esta experiencia si se trata de un caso netamente estético. Como papás siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, pero ahora sé que no valía la pena.