sábado, 7 de junio de 2014

PALABRAS MÁGICAS

El día de hoy visité Liverpool Zacatecas buscando un saco para mi hijo que sale del preescolar (le han pedido ir "bien vestido") y viví una experiencia nada grata. Dado que están de venta nocturna también aproveché para echar un ojo en algunos de los departamentos. En uno de ellos, el departamento de muebles, dejé olvidado mi bolso. Cuando me di cuenta de que no lo tenía conmigo regresé apresurada a preguntar y los empleados no pudieron (o no quisieron) ayudarme. Mientras reportaba el extravío, traté de llamar a mi celular y aunque al principio sí marcaba, luego mandaba las llamadas directo a buzón, es decir fue apagado. A pesar de que uno de los vendedores me dijo que había una cámara que enfocaba el lugar donde yo lo había extraviado, un empleado del departamento de prevención que se identificó como Víctor Hugo me dijo que "en realidad las cámaras no grababan sino que eran únicamente para la vigilancia en el momento". También me dijo que por ello en ocasiones no saben cuándo un cliente está mintiendo y en realidad no extravió nada ahí. Eso fue un poco más de lo que pude soportar y le corté el discurso argumentando que tenía que ir a cancelar mis tarjetas. Una cosa es no ayudarme a recuperarlo pero otra es insinuarme que tal vez me lo inventaba todo.
Salí de Liverpool hacia la plaza, cancelé mis tarjetas bancarias y el paseo estaba arruinado. En mi bolso estaba el ticket de estacionamiento, por lo que Iván (mi esposo) tuvo que ir a hacer un trámite para que le dieran otro. Lo acompañó un vigilante de la Plaza (Galerías) y cuando le contó lo ocurrido al vigilante también le extrañó lo argumentado por el empleado Víctor Hugo, por lo que hizo una llamada a su superior y pudo confirmarle a Iván que eso de que las cámaras no graban era una mentira; le sugirió que solicitáramos hablar personalmente con el director de la tienda Liverpool.
Regresé nuevamente a la tienda y tal como sugirió el vigilante pedí hablar con el director de la tienda, llegó otra empleada y me dijo que lo llamaría, que por favor esperara. En ello estaba cuando otro empleado llegó diciéndome que ¡el bolso había aparecido! que al parecer una clienta lo había devuelto y que dijo haberlo encontrado "tirado" en el departamento de muebles. Si eso era cierto, pensé en que alguien había tomado lo que podía aprovechar y desechado el bolso pero revisé mi cartera y estaban tanto mi efectivo como mis tarjetas, mi celular y mi cámara fotográfica. Firmé un formato en el que agradecí la devolución pero no dejo de pensar en que hay varias cosas que no cuadran. El empleado, Víctor Hugo, me mintió, me negó el acceder a ver los videos para observar a la persona que había tomado el bolso, jamás hubo una intención de anunciar (en algunas tiendas lo hacen) el extravío y solicitar su devolución, el teléfono fue apagado,...
Lamento ser malpensada pero me temo que mi bolso jamás salió de esa tienda y estaba en poder de algunos empleados. Hubo al menos seis personas, empleadas de Liverpool, con las que estuve en este lío, me niego a pensar que todos ellos tuvieran tan poca calidad moral para implicarse y organizarse en un ROBO de este estilo, pero me parece que más de uno sí lo estuvo. No quise en ese momento seguir insistiendo en que me mostraran el video (del cual podría haberse borrado casualmente ese pedacito de cinta) o en hablar con el director de la tienda (a pesar de lo efectiva que esta frase resultó) porque la situación había sido ya lo bastante estresante como para seguir ahí y Emiliano (mi niño, próximo estudiante de primaria) estaba ya un poco harto. Sin embargo, comparto con ustedes esta experiencia por si de algo sirve. Tal vez algún día (aunque ojalá que no) les toque verificar la magia que encierra un "Quiero hablar con el director de la tienda". :(
Caro.