Hola a todos!
Hoy quiero platicarles de una tradición salmantina muy bonita con la que acostumbran culminar las actividades de Semana Santa. Trataré de apegarme a lo que me han contado y he leído, sin embargo, una disculpa adelantada si algún salmantino me lee y encuentra algo erróneo.
El primer lunes después del lunes de Pascua los salmantinos acostumbran salir en grupo, ya sea en familia o con los cuates para pasar el día en áreas verdes, de preferencia a la rivera del río Tormes. Es un día inhábil, así que aprovechan para ir de "pasa día" o pic-nic y disfrutan de jugar, de tomar el solecito, es una costumbre muy relajante y si a ello le agregan que se acompaña de un buen hornazo, pues qué mejor! (el hornazo es una empanada rellena de lomo, jamón, chorizo y/o embutidos en general).
¿De dónde surge esta tradición? Es una historia muy curiosa. Salamanca es una ciudad de estudiantes por tradición. Con decirles que la Universidad de Salamanca es una de las más antiguas de Europa, su fundación data del año 1218. Según nos han contado, en el claustro de esta universidad se discutió la viabilidad de los planes de Cristóbal Colón de ir a vacacionar a Xcaret ;)
Bueno, les decía... La Salamanca del siglo XVI no debió ser muy distinta a la de ahora, en el sentido de que había muchos estudiantes originarios de otras ciudades y como dice un colega del doctorado "ya muy grandes para dormir solos", entonces acudían a los favores de las prostitutas de la ciudad para sacarse esas ideas de la cabeza y luego poder estudiar (ajá). Entonces, ante este panorama, el rey Felipe II decidió que al menos durante la cuaresma, época de recogimiento... espiritual, los jóvenes de esta ciudad se portaran bien y ordenó que las prostitutas abandonaran la ciudad y permanecieran al otro lado del río desde el miércoles de ceniza hasta una semana después de la Pascua. Las damiselas en cuestión eran dirigidas por un sacerdote apodado el Padre Putas, yo no sé porqué. Cabe señalar que este apodo ha sido cambiado a Padre Lucas, supongo que por ser ahora una costumbre más familiar.
El regreso de estas mujeres a la ciudad se efectuaba el segundo lunes después del domingo de resurrección y los hombres lo celebraban casi como si su equipo favorito ganara el mundial de futbol. Acudían puntuales a su cita con el pecado llevando comida y vino para recibir a las prostitutas.
El ambiente de festejo se mantiene pero modificado, los salmantinos acuden a pasar un día de descanso, reposando ricamente en el pasto, jugando con los hijos, cheleando con los amigos, comiendo hornazo... Es duro pero ni modo, alguien tiene que hacerlo. Hasta pronto.
