viernes, 23 de agosto de 2013

PRESO EN EL EXTRANJERO

El título lo tomo prestado de un programa estadounidense que vi una vez en la TV, en el que la temática es que un ciudadano de este país narra su experiencia al haber estado preso en un país diferente al suyo, con todo lo que esto supone que puede ir desde el desconocimiento de las leyes, las costumbres, hasta la injusticias cometidas dentro de la prisión. No lo he vuelto a ver pero en esa ocasión se trataba de una persona que accedió a transportar droga en su maleta y fue descubierta. No es mi interés platicar más sobre este programa pero sí sobre una experiencia desagradable que vivimos el mes pasado.
Mi esposo y trabajamos en la docencia e investigación en el área de Matemática Educativa. Anualmente, en julio se acostumbra celebrar la Reunión Latinoamericana en Matemática Educativa (RELME) y la sede va cambiando, este año tocó en Buenos Aires, Argentina. La verdad íbamos emocionados al ser un lugar que no conocíamos y porque hace mucho que no viajamos solos, ya que desde que nació Emiliano sólo había sido posible en una ocasión en que fuimos a Monterrey. El viaje fue algo pesado porque para economizar tomamos una opción en que el vuelo fue “rebotando”. Salimos de Cancún para llegar al DF, del DF para Lima, Perú y de Lima a Buenos Aires. En todas las escalas hicimos largas esperas, siendo la más larga la de Lima en la que pasamos toda la noche esperando el siguiente vuelo. No lo volvemos a hacer, la edad pasa factura y las espaldas duelen…
En el evento estuvimos muy a gusto, viendo a algunas personas que sólo vemos en estas reuniones, la participación mexicana en la RELME es grande y resultaba incluso curioso que viajáramos tanto para encontrarnos en otro país. Saludamos a amigos del DF, de Monterrey, de Guerrero, de Chiapas,… En lo personal, cuando voy a estos eventos me gusta participar de tiempo completo (contrario a cuando era estudiante de licenciatura, je je), enterarme de qué hacen en otros lugares respecto a los temas que son de mi interés. Así que nos dimos nuestro primer chance de salir el segundo día cuando acabaron las actividades académicas pero escapando de las culturales. Tere, una gran amiga, insistió en que quería tomarse una foto en una banca en la que estaba Mafalda ya que ella había leído que era parte de las costumbres de los visitantes a esta ciudad. Así que caminamos mucho, mucho, cenamos y conocimos a Mafalda.
Cuando regresábamos al hotel, alrededor de las 9 pm, nos encontramos con un grupo grande de los mexicanos asistentes al evento, junto a una patrulla y mucho alboroto. Pudimos ver que dentro de la patrulla había un compañero de Acapulco, Guerrero, Noé. Nos enteramos de que lo acusaban de haber tocado a una niña, cosa que se nos hizo insólita ya que lo conocemos desde hace años, fue nuestro estudiante cuando estuvimos laborando en la maestría en Chilpancingo hace 6-8 años, de hecho fue mi primer titulado de licenciatura, el caso es que como buen costeño es muy alegre y dicharachero pero para nada es una mala persona. Los policías se lo llevaron detenido a la comisaría y algunos compañeros los acompañaron mientras nosotros solicitábamos apoyo (vía internet) de los organizadores locales ya que ellos son los que conocen mejor las leyes y procederes del país. Cuando llegamos a la comisaría estaba ya una de las organizadoras locales, quien afortunadamente tiene un hermano abogado que amablemente se hizo cargo del caso y que no podemos más que agradecerle toda la ayuda.
Ahí nos enteramos de los pormenores del incidente. Al parecer Noé fue a cenar con un compañero de Acapulco y 3 de Chile al restaurante del hotel en que estaban hospedados los chilenos. Estando ahí, se les acercó una niña de unos 9-10 años pidiendo dinero y el otro acapulqueño le dio unas monedas. La niña se acercó para recibirlas pero al separarse de ellos le reclamó a Noé (que había quedado en medio) que por qué le tocaba las piernas. Noé sorprendido le dijo que él no le había hecho nada y levantó las manos. La niña sale del restaurante, ellos terminan de cenar, pagan la cuenta, se despiden de los chilenos y al salir del hotel son abordados por tres tipos que golpean a Noé. Nosotros suponemos que era un intento de extorsión y que lo que seguía en este momento era pedirle dinero a Noé con tal de no llamar a la policía, pero las cosas se complican dado que había un policía vestido de civil que interviene. Estos hombres acusan a Noé de tocar a la niña, la niña apoya la versión y el policía presiona a Noé para aceptar “su culpa”. Afortunadamente, Noé no acepta algo que no hizo y a pesar del testimonio del otro compañero es detenido. Nos encontrábamos entonces en la madrugada fría afuera de la delegación esperando que algo ocurriera, pero nada pasa y el abogado nos dijo que no tenía caso estar todos ahí, que esa noche no iba a salir y que nos avisarían si había alguna novedad.
Ese día asistimos al evento y preguntamos a quienes se habían quedado si había alguna buena noticia y nos dijeron que seguía detenido, que lo habían pasado a los juzgados y le habían tomado declaración y que lo único “bueno” es que la familia no se había presentado a declarar. Eso era algo bueno porque la acusación se desestimaba. Por la tarde autorizaron su liberación y nosotros lo vimos al día siguiente por la mañana en el evento. Se veía muy nervioso, lo abrazamos y yo sentí que se desmoronaba. Él nos contó la odisea que había vivido en la cárcel. Nos dijo que estuvo detenido en los “separos” en una celda de 2 mts2, sin baño y con heces fecales y orina por doquier, que tenía frío y que los policías lo trataron mal verbalmente, que le llevaron de desayuno un pan duro y algo que decían que era atole pero que le fue imposible comerlo así que regresó la bandeja tal cual se la entregaron y el policía que la recogió se burló con su compañero porque el “perro mexicano” era muy exigente en la comida. Que lo había revisado un médico por los golpes recibidos pero a pesar de tener moretones en la cara y cuerpo el médico llenó el informe poniendo que no tenía lesiones. Los compañeros le enviaron un abrigo y comida pero sólo le entregaron el abrigo diciéndole que la comida no pasaba y se la comieron enfrente de él, nuevamente haciéndole burlas. La orden de liberación se dio a las 3 pm, pero no lo dejaron salir sino hasta las 6 pm, él sabía que la orden había sido expedida y le pidió a los policías que lo dejaran salir consiguiendo únicamente que lo cambiaran a una celda más pequeña.
No pudo salir de Argentina el sábado, que era la fecha en que tenía el boleto de regreso. Tuvo que salir el martes una vez que el juez emitió una orden para ello. Al pasar de la comisaría al juzgado se tuvo que cambiar al abogado. El segundo abogado le cobró 2000 dólares por seguir con el juicio. Se hizo una colecta entre los que nos enteramos y un préstamo al comité organizador del evento para reunir esa cantidad. El hotel en el cual cenó la nefasta noche en que lo detuvieron proporcionó un video de vigilancia en el que se aprecia que no ocurrió nada con la niña, declararon los comensales, la familia no sostuvo la acusación… Pero a pesar de eso, el proceso sigue ya que no se le ha declarado inocente, el juicio sigue.
Tomen nota los que viajan hacia Buenos Aires, porque de esto no se avisa. En México, cuando vienen turistas, se les dice que tengan mucha precaución, se les informa de los modus operandi que se han identificado de los grupos delincuentes. Éste no fue el único caso de agresión que conocimos en nuestra estancia de 5 días en Buenos Aires, fue el más grave pero no el único, hubo una chica, estudiante de doctorado del Cinvestav que salió a desayunar sola y fue perseguida por un joven quien le pateó las piernas y la empujó, estando ella en el suelo se alejó riéndose. Y otro chico al que golpearon sin motivo alguno. Si escribo esta entrada es precisamente porque me parece necesario que se informe de esto a los turistas en Buenos Aires, sobre todo si son latinos ya que el racismo se deja sentir, yo lo viví pero ésa sería otra entrada.