domingo, 12 de abril de 2015

MALDITA CERTEZA

Pues el día llegó, los resultados también. El molde se rompió, Emiliano fue único.
A pesar de las sospechas, e incluso de la aceptación de la idea de adoptar bastante previa a los estudios que me hicieron, el golpe fue duro, mucho más de lo que esperaba. Cuando me lo dijo el doctor en su consultorio lo asumí con tranquilidad pero fue salir, esperar a Iván por la camioneta y en el camino empezó a caerme el veinte: no habrá otro bebé (50/50). Ya, sin dudas, sin esperanzas, sin más.
En estos momentos, varios meses después, ya lo acepté y entiendo que es lo que la vida me deparó. Listo. Sin embargo, los días posteriores a la cita fueron muy difíciles. Hubo noches que lloré hasta cansarme, hasta dormirme. Era tocar el tema y soltar los lagrimones. Fue verdaderamente triste tener la maldita certeza. Aún en diciembre al hacer el clásico recuento de sucesos del año, por un momento la tristeza regresó, han sido dos años consecutivos de noticias fuertes en torno a la salud :( Creo que ya requiero un descansito y que la vida deje de joder por un rato.
Luego pasé por etapas en las que me sentí egoísta al pensar en que tengo a Emiliano y en que hay parejas que no logran embarazarse, pero ese pensamiento tampoco me consoló.
Hemos acordado hacer una pausa en estos planes, necesito dedicarme a otro proyecto, sacar el docto y ya luego veremos...
En estos momentos me encuentro en plena etapa de reconciliación con la vida y también conmigo misma. Necesitamos respetarnos un poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario